Buscando el tercer sistema operativo móvil: Cyanogen, Superfish y Everything

A pesar de que el mundo de la informática de consumo deriva hacia plataformas móviles más seguras, el tradicional debate “abierto vs. seguro” todavía sigue teniendo mucha relevancia.

El último escándalo sobre privacidad, en el que está involucrado Lenovo, que pensaba que era una gran idea preinstalar algún adware ofensivo con enormes agujeros de seguridad, fue como una explosión del pasado. Una vez más, la apertura de los sistemas operativos tradicionales a terceros deja desprotegido al consumidor medio. A pesar de que el mundo de la informática de consumo deriva hacia plataformas móviles más seguras, el tradicional debate “abierto vs. seguro” todavía sigue teniendo mucha relevancia.

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Sin dejarse impresionar por el irrisorio tamaño y el inexistente progreso de la base instalada del Windows Phone, analistas de todo el mundo han reavivado recientemente el debate sobre una tercera alternativa móvil, esta vez en un foro más abierto. Realmente, ninguna charla sobre la “tercera opción” de estos días menciona la necesidad, para algunos vagamente definida, de una “apertura real”.

Algunos de estos analistas pasan por ser hombres de negocio reales, y uno de ellos es el director ejecutivo de Cyanogen, Kirt McMaster. Según el portal de noticias tecnológicas Re/code, ha estado haciendo rondas de inversión en Silicon Valley y al norte, preparando un botín de guerra para liberar Android de las garras de Google. Uno de los inversores es Microsoft, cuyas estrategias en relación a su tercera alternativa propia son tradicionalmente más bien de código cerrado.

Las recientes iniciativas de Google para proteger sus costosas estrategias móviles de los trucos sucios de partidos no contribuyentes han desanimado y decepcionado a muchas empresas que intentaban hacerse con un trozo del rápido y creciente mercado de la telefonía móvil, hasta el punto de presentar quejas formales ante las autoridades antimonopolio.

Sus estrategias están a menudo acompañadas de una narrativa de relaciones públicas apropiada, llamando a las armas a cada uno de esos honestos cerebritos para proteger el intocable Android de su malvado padrastro, una gigante corporación impersonal de Mountain View (Silicon Valley).

Sin embargo, una vez más, necesitamos a la cantante Meja para recordarnos que el dinero lo es todo.

Para ayudar a argumentar mi opinión aquí, me gustaría recurrir a mi experiencia personal en la anterior era de la computación personal: hace unos 10 años, cuando estaba en la universidad, solía complementar mi escaso sueldo arreglando el ordenador a otras personas. Jugueteando con inútiles placas base chinas y copias piratas de Windows pude, de cuando en cuando, ganar dinero de verdad.

Este dinero no fue fácil, ya que algunas veces me llevaba un día entero solucionar algunos marrones, desde por la mañana hasta altas horas de la noche. El 95% de estos ordenadores tenía una cosa en común: sus ingenuos usuarios habían ignorado muchos avisos y habían aceptado notificaciones al instalar el software o simplemente cuando navegaban por Internet. Así es cómo sus sistemas terminaron completamente invadidos y repletos de software basura y encima 11 barras de herramientas más.

Algunos de aquellos portátiles y ordenadores prefabricados ya eran así desde el principio, ya que los fabricantes los preinstalaban cuidadosamente con programas de testeo inútiles, ganando así un dinero extra. ¿Recuerdas que un portátil Sony VAIO solía costar 50$ más sólo por tener una copia limpia de Windows? ¡Aún sigue doliendo!

Estos recuerdos me vinieron a la mente cuando escuché el episodio de un podcast de a16z, en el que McMaster defendía que el mundo tenía una necesidad desesperada de, sí, un tercer sistema operativo móvil importante. Además, su punto de vista era que, a diferencia de iOS y (cada vez menos) Android, este potencial tercer sistema operativo tiene que estar completamente abierto a desarrolladores terceros, y tiene que permitir una total libertad de expresión. ‘Después de todo, McMaster puntualiza, en el estado del mercado actual, Apple y Google tienen el control de todo y es exactamente la razón por la cual Amazon y Facebook intentaron absorber Android, porque de esta manera podrían expresarse mejor.

Bueno, considerando mi experiencia en software de prueba, la verdadera razón por la que lo hicieron fue porque no tuvieron en cuenta la “apertura” de Windows XP. Quieren tener la oportunidad de dar un empujón a sus productos – y al de otras compañías – haciendo frente conjuntamente, siendo capaces de llenar nuestros teléfonos móviles con la misma basura agresiva que ayudará a otras personas a ganar dinero en la era de la economía de la atención. Defendiendo la percepción de la apertura, McMaster en esencia está allanando el camino para aquellos que no fueron innovadores o se centraron demasiado en diseñar una plataforma móvil decente y atractiva, y se dirige hacia el terreno lucrativo de la publicidad.

En otras palabras, un ambiente más controlado sería la mejor opción.

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