CES 2015: cuatro tendencias tecnológicas que dan miedo

El evento de CES 2015 ha sido magnífico en cuanto a la cantidad de novedades por metro cuadrado. Pero desde el punto de vista de la seguridad de la información, no parece que fuera del todo positivo.

El evento de CES 2015 ha sido magnífico en cuanto a la cantidad de novedades por metro cuadrado, algo que, de hecho, han referido en numerosas ocasiones los periodistas de las web de tecnología En mi opinión, para alguien que está muy involucrado en el mundo de la seguridad de la información, este espectáculo dejó sentimientos encontrados.

Por un lado, el CES ha hecho una demostración de las tendencias claves que nos esperan de aquí a 5-10 años: casas inteligentes, coches conectados, realidad virtual, sensores biométricos, y el llamado ‘Internet de las Cosas’.

Por otro lado, la falta de seriedad por parte de los creadores y comerciales al tratar la información de los usuarios era impresionante, con sus excepciones. Noté una irresponsabilidad absoluta en aspectos tan importantes como la privacidad, la seguridad y la codificación.

El mercado está más que dispuesto a seguir creciendo sin parar, predicando el ‘Internet de las Cosas’ como un mantra. Todas las preguntas relevantes como ‘¿Qué tipo de información será recopilada?’, ‘¿Cómo y quién recibirá esa información?’, y por supuesto, la pregunta principal: ‘¿Le preguntaremos al usuario si está dispuesto a dar sus datos o no?’, están siendo ignoradas o se están formulando de la forma que el comercial quiere.

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Cada vez que formulaba estas simples preguntas en los pasillos del CES, me daba la sensación de que estaba en medio de la tropa de policías de star wars a los que el Emperador Palpatine acababa de pedir que ejecutaran la ‘Orden 66’. En el mejor de los casos, la gente me tomaría por loco diciendo: “¿De qué estás hablando tío? Estamos hablando de un mercado con un valor multi-billonario – ¡los usuarios tendrían que aceptar las violaciones de privacidad de todas formas!

Probablemente lo harán. Pero tratándose de mí, me enfurece la idea de que me roben mi derecho a la privacidad. Por eso he decidido escribir este post y llamar tu atención sobre 4 controversias claves que van por el camino de la evolución de las tendencias tecnológicas del CES.

1. Coches sin conductor

Para ser sinceros, no creo que realmente necesitemos coches sin conductor. El mensaje clave de marketing en el que se basa esta estrategia es la disminución del factor humano en los accidentes de coche y, finalmente, eliminarlos por completo. Bueno, parece ser una razón aceptable, pero quedan algunas cuestiones por resolver..

El primer problema afecta al mercado laboral y al empleo. Obviamente, las primeras entidades que se unirían a la lista de organizaciones entusiasmadas por los coches sin conductor serían las compañías de taxis. Solo en Nueva York, la flota de taxis incluye 40 mil coches. En el mundo entero el número es inimaginable, pero podemos añadir tres dígitos más para tener una cifra creíble.

Si miles de empleados con salario mínimo son privados de este duro y honesto trabajo, esto contribuiría de manera significativa al crecimiento de la tasa de criminalidad a nivel mundial. Curiosamente, nunca he visto informes analíticos que relacionen estas dos tendencias.

Pero la situación anterior solo representa una parte de un problema más grande. Para que puedan existir los coches sin conductor, las estadísticas son cruciales, y esta información estadística consistiría en tropecientos gigabytes de datos sobre rutas, usuarios, carga de tráfico, etc.

El coche sin conductor, sin importar cómo lo vea el usuario, no ‘aprende’ a conducir por sí solo: sólo opera en base a información estadística para generar patrones de comportamiento, en función del entorno y las condiciones que lo rodean. Estos patrones son el resultado de un análisis de una enorme cantidad de escenarios alcanzados. ¿Quién alimentará estos ordenadores? Por supuesto, ‘nosotros, los usuarios’, no hay nadie más para hacerlo.

Toda la información sobre nuestro forma de transladarnos, es decir, cómo actuamos, a dónde nos dirigimos y, lo más importante, a dónde y con quién vamos, será enviada a… emm, alguna parte.

Durante mucho tiempo esto nunca generó ninguna pregunta, pero el reciente fiasco de Uber ha demostrado que esta ignorancia no duraría mucho tiempo: la gente no puede dejar de preocuparse de que algún agente indefinido sea capaz de detectar su ubicación precisa en tiempo real. Y lo que es aún más alarmante es que puede acumular el historial COMPLETO de translocaciones a lo largo de TODA su vida.

En teoría, el desarrollador de los coches sin conductor y taxis intentará proteger la información de los usuarios contra los estafadores. Pero los riesgos son bastante altos, por lo que este intento podría no tener éxito. Ahora el problema radica en si se debe confiar o no en los proveedores de servicios. Ofrecer seguridad de información y protección es un trabajo complejo y con base científica intensa donde la mayoría de proveedores de servicios carecen de competencia. Confiar en su habilidad de asegurar correctamente la información es como confiarle un millón de dólares a un niño.

No quiero decir que los coches sin conductor sean malos. Solo quiero transmitir el mensaje de que antes de lanzar y comercializar esta tecnología, uno debería asegurarse de que hay una legislación en existencia, que proteja los datos del usuario recogidos, y que los proveedores del servicio ofrezcan confianza y transparencia a la hora de eliminar, si hiciera falta, toda la información de las bases de datos.

2. Drones

Este año el CES estaba lleno de drones. Estos pequeños robots se han vuelto cada vez más asequibles, y sus precios varían entre los 199 a los 499 dólares. La mayoría de los drones vienen equipados con cámaras (o te permiten montar tu GoPro o smartphone). Algoritmos de estabilización inteligente, pilotaje de sensores y sistema de navegación – todo está en su lugar y sigue evolucionando, excepto una cosa: la regulación de los vuelos y la legislación sobre la violación de privacidad.

Una búsqueda rápida en Youtube te da suficiente evidencia de que los drones son utilizados frecuentemente con malos propósitos como espiar a través de las ventanas, y otro tipo de bromas no tan inocentes. Este tema ha sido cubierto con profundidad por el periodista John Oliver:

Debido a que los drones no cuentan con una regulación adecuada, pueden ser utilizados en cualquier situación. Así que no te sorprendas si descubres un par de drones rondando tu balcón y haciendo vídeos.

Los drones no son una gran amenaza hoy día, pero solo por ahora, porque la tecnología no ha llegado a tanto. Y todos sabemos lo rápido que evoluciona, ¿no es así?

3. Salud/monitores fitness

He encontrado 17 compañías ofreciendo dispositivos para monitorizar tu actividad fitness en el CES este año. No es necesario mencionar que existen muchas más: bandas y pulseras capaces de contar tus pasos, parámetros biométricos para calcular tu ritmo cardíaco, que son producidas por los principales proveedores y start-ups, y están ya disponibles en el mercado.

Yo fui uno de los primeros que adoptaron este tipo de gadgets. Después de haber utilizado estos aparatos durante un par de años, estoy convencido de que no sirven para ningún propósito de fitness.

La vida es mucho más sencilla. Si quieres ir a correr, solo tienes que salir. ¿Quieres adelgazar? Deja de comer comida basura y corre aún más

Tan pronto como el efecto sorpresa desaparece, la realidad te golpea y te das cuenta de que la vida es más simple que esto. Si quieres salir a correr, solo hazlo: el equipo del gimnasio te indicará cuánto has corrido. ¿Quieres adelgazar? Deja de comer comida basura y empieza a correr más. Un entrenador o un sitio web especializado te pueden ayudar a crear tu propia rutina.

Ninguna banda de fitness será la cura a todos tus problemas, no serás mejor corredor solo por tener una. Pero el problema de estos sensores no es que existan, sino la cantidad de información que generan. Y, por supuesto, esto último es beneficioso para muchos terceros.

Todas las preguntas importantes pueden parecer inocentes, pero hoy en día se puede identificar a una persona a partir de un análisis del conjunto de los datos biométricos recopilados..

Esto no es necesariamente malo, incluso es un enfoque que puede terminar como un medio para reemplazar los métodos obsoletos de autenticación de contraseñas. El verdadero problema es que cualquiera podría estar utilizando nuestra – ¡sí, nuestra! – información personal ahora mismo, pero no nosotros.

Una pregunta más: ¿Cómo se protegerá esta información? En serio, estamos cansados de escuchar en las noticias una y otra vez: han robado información de una mega corporación que se dedicaba a recopilar una enorme cantidad de información personal de sus clientes.

4. Casa Inteligente

Otra tendencia clave en el CES 2015, es la próxima generación de casas donde la iluminación, la climatización, seguros, frigoríficos, estufas, y todo lo que puedas encontrar en una casa normal estará conectado y equipado con un controlador implementado en un dispositivo móvil.

Una vez más, es un tema con doble cara. Lo que los defensores de las casas inteligentes suelen mostrar en los eventos comerciales es la conveniencia de dicha tecnología en el hogar. Pero la otra cara de la moneda es que todo puede ser hackeado. Ningún sistema es 100% seguro. Sutxnet, Gauss, Duqu siguen siendo un recordatorio de que ni las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio se salvan de los intrusos.

Suponiendo que un hacker logra entrar en tu casa inteligente, el delincuente puede tener acceso a todo lo que tengas, desde el historial de tu correspondencia con Wal-Mart hasta información telemétrica, vídeos de seguridad, números de tarjetas de crédito y mucha información confidencial inimaginable para un simple mortal.

Hoy en día, los usuarios más paranoicos utilizan celo para tapar las webcams de sus portátiles solo porque se ha demostrado que te pueden espiar a través de una conexión remota. En cuanto a las casas inteligentes, no tendrás suficiente celo para tapar todas las fuentes de información.

P.D Al volver del CES 2015 he empezado a entender mejor a Ray Bradbury, quien hace décadas predijo que las innovaciones tecnológicas no tienen el papel más importante en el desarrollo cultural e intelectual de la humanidad, en su comodidad, y más importante, en su felicidad. De verdad, no hay nada malo en apagar las luces con un interruptor común y corriente. De manera manual.

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