Coches sin conductor: 5 consecuencias que no son obvias

Imaginemos todo lo que podríamos dejar atrás en un mundo nuevo con coches sin conductor (aparte del mismo placer de conducir)

Es curioso cómo el tono de discusión ha ido cambiando desde que el tema de los coches sin conductor comenzara a salir en los medios. Mientras que la mayoría de debates del año pasado hablaba de cuándo llegaría el día en que nos rodearían (y si ese día iba a llegar), este año los medios han empezado a debatir acerca de las consecuencias de este desarrollo. Parece que con el tiempo tendremos que despedirnos de los volantes.
Driverless car

Es hora de imaginar las cosas que tendríamos que dejar atrás en este nuevo mundo, como el mismo placer de conducir o la excusa excelente para escaparse de interminables noches de cañas con los compañeros de trabajo.

1. Biplaza descapotable

Si un robot conduce un coche, el pasajero tiene que entretenerse de alguna forma. Esto no es ningún problema para un pasajero, considerando los dispositivos electrónicos que abundan hoy en día.

Sin embargo, hay otro problema. Cuando una persona no está conduciendo, el riesgo de marearse dentro del coche es más alto. Según un estudio de la Universidad de Michigan, entre el 6 y 10% de los adultos americanos se vería constantemente afectado por náuseas y mareos en los coches sin conductor.

Este problema es causado normalmente por el conflicto entre las señales que el organismo recibe a través de los ojos y el sistema vestibular. Leer, ver vídeos y actividades similares multiplicarían el efecto. Ver el camino y dormir tienen el efecto contrario, según Michael Sivak y Brandon Schoettle, los autores de esta investigación.

Es por eso que la opción de ver Facebook o la televisión mientras se está en un coche sin conductor no sería conveniente para todos. Sería igual de difícil ver la carretera mientras el robot se encarga de la dirección constante sin inmutarse. La única opción factible es dormir, pero los coches modernos no son muy cómodos para eso, lo cual está comprobado por muchos de nosotros. Por lo tanto, la mejor solución sería cambiar el interior del coche o tomar medicina para no marearse.

2. Lentitud y constancia ganan la carrera

Según Jared Ficklin, columnista de Fast Company, los coches sin conductor irán más despacio que los coches normales, así que es posible que se asignen carriles especiales en las autopistas para ajustarse a esta realidad.

Jared dice que existen dos razones para ir más rápido y violar la normativa vial. Primero, nuestra falta de disciplina y el hábito de salir corriendo en el último momento para una reunión importante. Segundo, lo hacemos para recuperar el tiempo perdido en el proceso de conducción poco productivo (claro que hay gente que disfruta conduciendo y lo hace para quitarse el estrés de encima,  pero se trata de casos excepcionales).

La conducción totalmente automática debería eliminar estas dos razones. ¿Realmente importa si trabajamos con el portátil desde la oficina o en la carretera (si no nos mareamos)? Pero un humano con prisas y un robot melancólico no pueden estar en el mismo carril, de lo contrario nos enfrentaríamos a una alta probabilidad de infartos o de grandes sustos. Esto significa que tendrían que haber carriles designados para los coches sin conductor.

Llegará el momento en el que tendremos que buscar carreteras donde se pueda conducir de la manera tradicional.

3. El desafío de la transición

Los conductores robóticos disciplinados no poseen la reacción humana y no son propensos a las distracciones como ver una chica guapa con falda o leer los mensajes de texto; esto en teoría contribuiría a la seguridad en las carreteras. Sin embargo, otra investigación de Sivak y Schoettle cuestiona esta hipótesis.

Todo se reduce al hecho de que el periodo de transición de un sistema de conducción a otro podría durar décadas. Se necesitará mucho tiempo para renovar los coches: incluso en EE.UU., la edad promedio de los coches es de 11,4 años. Además siempre habrá gente tradicional que en principio se negará a utilizar este tipo de coches.

Los investigadores piensan que la interacción robot-humano en la carretera provocará más inseguridad, en una perspectiva a corto plazo, por lo menos para los conductores tradicionales. Normalmente, cualquier conductor  confía en su habilidad de predecir los movimientos de otros conductores.

Las estadísticas comprueban que los accidentes de coche en que los participantes son hombres son menos frecuentes que aquellos en los que están involucradas dos mujeres. Sivak y Schoettle consideran que la explicación a esto podría ser la predictibilidad de conducción de los dos hombres. Prever las acciones de los robots no es todavía una capacidad de la inteligencia humana, incluso si hombres y robots están en diferentes carriles.

4. Los taxistas están en contra

Muchas personas que viven en ciudades grandes optan por opciones más económicas como compartir coche antes que comprar uno, ya que son cada vez más caros de mantener. En algún momento los taxis automatizados serán más baratos que los taxis tradicionales. El típico “principio de dos coches por familia” para los americanos es un lujo hoy en día: el coche automático será capaz de llevar a varias personas a diferentes sitios.

Y finalmente, cuando ya nos quitará el placer de conducir, los coches perderán ese “glamour” que ha sido atribuido por la cultura pop. ¿Cuál es el punto de limpiar el capó o comprar un coche más elegante si es solo un medio de transporte más, como el metro, el autobús o el taxi?

En pocas palabras, esta tendencia acabará con la producción y venta de coches, la cultura de compartir coche y dejará a muchos taxistas en huelga.

5. A la hora de aparcar

Para poder compensar esa imagen tan gris que hemos formado en nuestra mente, ahora vamos a concentrarnos en las ventajas que nos traerán los coches sin conductor.

Ya que somos organismos imperfectos y cometemos errores, para evitar problemas al conducir mantenemos una distancia de seguridad entre los coches. Los robots no tienen que preocuparse por esto, así que el tráfico ya no será un problema.

Aparcar también será mucho más fácil. En primer lugar, los coches podrán aparcar más ajustados ya que los pasajeros se pueden bajar antes en el lugar más conveniente. En segundo lugar, los parkings podrán tener más de 20 plantas –(para un robot es lo mismo tener que subir tantos pisos). En tercer lugar, será absolutamente innecesario aparcar en el centro de la ciudad: el coche dejaría a los pasajeros y se iría en busca del sitio más asequible.

Y finalmente, los coches sin conductor nos harán olvidar el problema de hacer cola para lavar el coche o ir a la gasolinera. El robot erigirá el mejor momento para ir por la noche, sin importar a qué: gasolina, hidrógeno, o a recargar la batería.

En nuestro intento por saber lo que nos depara el futuro, no os aseguramos que esto se convierta en realidad. El futuro cambiará dependiendo de dónde estemos: en San Francisco, o digamos Novosibirsk. Lo que sí es seguro es que el mundo está cambiando ante nuestros ojos.

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