Consejos para los padres: seis cosas que tienes que DEJAR de hacer en las redes sociales

¿Eres uno de esos padres que comete alguno de estos seis pecados cibernéticos? Si es así, por favor, para ya.

Cuando era pequeño, mis padres solían avergonzarme sacando álbumes de fotos de mi infancia frente a mis amigos y mis futuras ex novias.

 

En esos tiempos, se tomaban con torpeza fotos espontáneas, haciendo tonterías y con caras raras. Los padres las preservaban y compartían en álbumes de fotos o de recortes en la privacidad de sus casas.

En la actualidad, vivimos en una época en la que estamos conectados a la red casi a todas horas y compartimos nuestras fotos de forma instantánea en Internet en páginas como Facebook o Instagram. Los enormes álbumes de fotos del pasado han dado paso a identidades digitales unidas al nombre o el perfil de sus usuarios.

Como profesional del mundo cibernético (y padre) que emplea mucho tiempo en las redes sociales, a menudo me asombra la forma en la que las personas hacen que sus vidas parezcan mucho más interesantes online y cómo estamos exponiendo a nuestros hijos a vivir un tormento en el futuro.

En esencia, las redes sociales han hecho que sea fácil compartir nuestras vidas, momentos y recuerdos con nuestras redes personales. La desventaja es que resulta tan sencillo que no nos tomamos un momento para pensar en con quién estamos compartiendo nuestra información.

Si bien nuestras fotos embarazosas podían ser utilizadas en nuestra contra en grupos cerrados, hoy en día las fotos pueden ser usadas contra nuestros hijos en Internet por cualquier persona que dé con nuestras redes sociales.

Vale que nosotros hemos accedido a ello, pero, ¿y nuestros hijos? Como padres (además de amigos y parientes) debemos considerar conjuntamente lo que publicamos y dejar de publicar cosas que podrían perseguir en un futuro a la pequeña Ana o al pequeño Luis. Debemos prestar especial atención a estas seis cosas:

1. No tengas un perfil público

Que levante la mano quien quiera que cualquier tipo raro esté viendo fotos de su hija. Estoy seguro que no hay mucha gente que lo quiera.

Sin embargo, si tienes un perfil público de Facebook o Instagram, estás invitando a todo el que tenga conexión a Internet a ver todas tus fotos. Esto es algo estúpido e imprudente.

Todo el mundo tiene derecho a tener cierta privacidad en sus redes sociales. Deberías dar acceso a tu privacidad sólo a la gente con la que de verdad tienes contacto. También puedes cambiar la privacidad de cada publicación además de cambiar lo que la gente puede ver,  y deberías prestar especial atención en lo que se refiere a tus hijos.

2. No compartas las fotos de los hijos de otras personas

Una de mis mayores quejas en cuanto a la gente que comparte fotos, es cuando alguien publica fotos de grupo en las redes sociales. Los padres tienen derecho a saber quién puede ver y comentar las fotos de sus hijos. Si quieren mantenerlos alejados de las redes sociales (como hacen muchos de mis compañeros de trabajo), están en su derecho como padres y tú no tienes derecho a hacer lo contrario.

Personalmente, me molesta mucho que personas de familia publiquen fotos de mis hijos y las comenten personas que no conozco. No te conozco, ¿por qué comentas una foto de mi hijo? Ya he tenido discusiones al respecto con miembros de mi familia y he contestado de mala gana a la gente que comenta cosas que están fuera de tono.

Vivimos en un mundo extraño; nunca se sabe realmente qué intenciones puede tener alguien o en qué situación personal se encuentra. ¿Te gustaría ser la persona que ayude a un padre maltratador a averiguar dónde se esconde su familia?

3. No hagas un perfil para tu hijo

Conozco una mujer a la que he tenido que eliminar de Facebook porque creó un perfil para su hijo en Facebook y no dejaba de etiquetarle en cada publicación. Hay una razón por la cual te exigen ser mayor de edad para crearte un perfil en la mayor red social del mundo.

Dejando a un lado el tema de la seguridad, los niños deberían decidir si quieren que sus datos formen parte de un conglomerado publicitario.

4. No publiques los baños de tus hijos

Aunque tus hijos hagan monerías en la bañera, es algo que debería permanecer en la intimidad.

¿A que no te gustaría que se hicieran públicas tus partes íntimas? Ya decía yo…

Sólo porque sean niños no significa que debas exponer al mundo sus partes íntimas.

Hay gente muy retorcida en el mundo que paga por ver este tipo de fotos. Como adultos responsables, debemos preservar la privacidad de nuestros hijos.

5. No avergüences a tus hijos

Hace unos años, se puso de moda avergonzar a los perros. La gente  pensaba que era algo tan gracioso y llovían los Me gustas, los Compartidos y los Comentarios, por lo que algunos decidieron hacer lo mismo con sus hijos.

Algunos padres, cuando sus hijos hacían algo mal, les hacían fotos sosteniendo un cartel como castigo público. Mucha gente se reía, otros lo comentaban. El que lo publicaba obtenía la aceptación social. La indiscreción de sus hijos se había compartido con gente que posiblemente nunca conocieran, por lo que dudo que se llegara a lograr el objetivo de avergonzarles.

Realmente no les dabas una lección. El vídeo de esta persona se hizo viral, pero no por la razón que habías pensado.

Esto lo resume todo.

6. No alimentes a los matones

En los años 80 y en los 90 existían los matones. Todo el mundo sabía quiénes eran y los intentaban evitar. Por desgracia, ahora que nuestra sociedad se ha trasladado en su mayor parte a Internet, hemos perdido la humanidad que nos detenía a la hora de decir ciertas cosas, cosas horribles. Parece que no pasa ni una semana sin que haya noticias sobre algún suicidio provocado por la intimidación de algún matón cibernético.

Como sucede con los matones del mundo real, los cibernéticos se alimentan del miedo y la manipulación, aunque, con pensamiento grupal y slacktivismo, se puede convertir en algo que se ponga de moda para reírse de alguien.

Un compañero de trabajo me contó una anécdota que oyó sobre un ejecutivo que hizo una exposición en el colegio de su hijo y, cuando encendió el ordenador, tenía como fondo de pantalla una foto embarazosa de su hijo, que provocó las carcajadas de sus compañeros de clase.

En este caso, podemos ver cómo una presentación que lleva a cabo el padre con toda su buena voluntad, se vuelve en contra de su hijo. Una clase tiene como mucho 30 niños, pero aun así duele.

Como personas que están evolucionando, los niños no siempre toman las mejores decisiones. Si esta foto hubiera estado en Internet, la vergüenza y la tortura a la que se habría sometido al niño habrían sido mucho peor.

La moraleja de esta historia es que no debes hacer algo que vaya a avergonzar a tu hijo en un futuro a no ser que puedas controlar al público al que va dirigido (como hacían tus padres), algo imposible en Internet.

Cada uno tiene derecho a criar a sus hijos como quiera, simplemente creo que es buena idea pensar en su futuro y en la falta de seguridad inherente a las redes sociales.

PD: Recuerda que en España estamos llevando a cabo junto a la Fundación alia2 el proyecto Familia Segura, para concienciar tanto a padres como a hijos de la importancia del buen uso de Internet.

 

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